Cuando intereses económicos deterioran la seguridad marítima

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La antigüedad de los barcos y el bajo nivel de la tripulación son dos causas que poseen  un grado alto de responsabilidad en los accidentes marítimos, y una muestra de ello son los accidentes marítimos sufridos por buques petroleros, como muestran los ejemplos de los buques: Mar Egeo y  Braer.

El Mar Egeo (Aegean Sea en ingles) en la madrugada del 3 de diciembre de 1992 el Aegean Sea, petrolero griego entraba en el puerto de La Coruña (en Galicia, Noroeste de España) con unas condiciones meteorológicas adversas, con vientos superiores a los 100 km/h y una visibilidad inferior a los 100 m. Por culpa de un golpe de mar – según el capitán del barco – o por seguir una maniobra incorrecta -según la Dirección General de la Marina Mercante- el buque no siguió la ruta fijada por los prácticos y terminó encallando contra los bajos rocosos de las Xacentes, a unos cien metros de la costa, cerca de la entrada del puerto.  Este accidente fue ecológicamente devastador. El derrame de 80.00 toneladas de petróleo afectó 300 Km. de costa, matando unos 26.000 animales.

En Enero de 1993 en Reino Unido   El “Braer”, un petrolero británico registrado en Liberia, se choco contra las rocas de la costa de las Islas Shetland en Escocia. El buque era un petrolero monocasco de 89.730 toneladas que pertenecía a la compañía norteamericana “Braer Corp.”, abanderado de Liberia (conveniencia).En la mañana del 4 de enero, sufriendo un temporal de fuerza 10 a 11 y con olas de más de 10 metros, con los balances se rompieron las ventilaciones de los tanques de diesel de la sala de máquinas. A través de ellas empezó a entrar agua de mar que comenzó a contaminar el diesel del buque. A las 04:40 horas,  el motor principal se paró  dejando al “Braer” sin propulsión y a oscuras.

Estos dos lamentables accidentes marítimos están determinados en gran medida  por los intereses de algunos armadores, quienes por lograr una mayor rentabilidad económica escatiman en asuntos de seguridad. La tripulación de los dos buques petroleros antes mencionados eran similares: una oficialidad griega y una marinería mayoritariamente filipina.

La diversidad en la tripulación de esos buques petroleros es una característica recurrente con marineros actuales, ya que entre los marinos europeos y los de Filipinas u otros países del Tercer Mundo ya no hay gran diferencia para los propietarios de buques, esto en gran medida está determinado por las empresas quienes en busca de su rentabilidad económica contratan mano de obra más barata, frecuentemente reducen la tripulación -aunque hay mínimos que no pueden sobrepasar-, limitando con estos cambios constantes de personal que la gente conozca bien el barco.

En muchos casos, la tripulación es de diferentes países, y los marinos no pueden entenderse entre sí, o lo que es peor, su inglés a veces es  tan precario que no son capaces de entender las órdenes del capitán si son un poco complejas. 

Este problema es tan grave que el Gobierno alemán propuso -dentro del paquete de medidas planteadas en la CE, la instauración de "una lengua de trabajo" exclusiva para los barcos y en las relaciones de su tripulación con las autoridades marítimas. También plantea la necesidad de controles más rigurosos de los buques petroleros cuando tocan en puertos comunitarios, -actualmente por el Protocolo de Montreal, las autoridades portuarias están autorizadas a revisar el 25% de buques que atraquen, pero este control lamentablemente se  limita a una revisión de la documentación del buque-.

Asimismo, propone que los buques petroleros sean obligados a transitar por rutas más alejadas de las costas. Ya que en el caso del Braer se cree que si en lugar de haber elegido el canal al sur de las Shetland, se hubiese dado la vuelta por el norte del archipiélago, este desastre ecológico se habría evitado.

Razones económicas influyen en la bandera de los barcos.

La rentabilidad económica también determinan la adopción de las banderas de conveniencia -el Braer navegaba con pabellón liberiano. El Mar Egeo tenía casi 20 años cuando se hundió, y el buque petrolero que embarrancó en las Shetland había cumplido los 17. Formaban parte del amplio grupo de buques petroleros construidos durante los años setenta, por ende no incluían  las especificaciones de seguridad implementadas posteriormente por la Organización Marítima Internacional para los buques petroleros de nueva construcción, estos antiguos buques carecen del doble casco y tienen por delante diez años más sin obligación de modernizarse, Elementos que han llevado a categorizarlos  como "casi pirata". 

Situación verdaderamente alarmante si se tiene en cuenta que transportan por los mares del mundo aproximadamente 1.500 millones de toneladas de petróleo todos los años.

Derecho marítimo: los cruceros y el socorro de navegantes en apuros

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Las historias sobre navegantes en peligro que obtienen una asistencia vital por parte de algún barco crucero son bastante habituales, especialmente en Florida del sur. El incidente sólo se considera extraordinario cuando el buque crucero deniega o deja de proporcionar su auxilio.  

Cuando, según consta, un barco de la Princess Cruise no prestó asistencia a tres navegantes panameños, muchas personas del sector de los cruceros y profesionales del derecho marítimo se sintieron conmocionados. Conforme a la Ley marítima y la tradición, los buques tienen la obligación legal y moral de socorrer a los navegantes en apuros.

Marineros tienen la obligación legal y moral de asistir a los navegantes en peligro.

"El deber de ayudar a quienes precisan auxilio en el mar se basa en la obligación moral de salvar vidas humanas," afirmó el abogado marítimo James Walker, de Miami sur. Mencionó también que la Organización Marítima Internacional (IMO), que regula el sector de la navegación, exige que los marineros presten asistencia a los navegantes en peligro. 

La IMO recoge explícitamente este requisito en su Convenio internacional para la seguridad de la vida humana en el mar: "El capitán de un barco que, estando en el mar en condiciones de prestar ayuda, reciba información, de la fuente que sea, que le indique que hay personas en peligro en el mar, está obligado a acudir a toda máquina en su auxilio”.

Para cumplir este mandato, los oficiales de los buques crucero pueden recibir formación esencial en el Centro STAR de Dania Beach. El programa incluye información sobre cómo prestar auxilio a barcos en situación de peligro, cómo establecer y mantener una comunicación eficaz, cómo manejar las emergencias en navíos y cómo mejorar la cohesión del equipo y la tripulación.

La tripulación de cada barco debería tener un protocolo establecido para ayudar a navegantes en dificultades

Como procedimiento operativo estándar, todo buque debería tener un reglamento de órdenes fijas, un protocolo establecido para actuar con los navegantes en apuros. Los oficiales encargados de las guardias en el barco deberían estar bien entrenados en el reconocimiento de señales de socorro en el mar, como bengalas, movimientos de brazos o mensajes urgentes de radio.

El manual del Código internacional de señales contiene todas las señales de socorro reconocidas y debe estar disponible en el puente de todo navío activo. Si el oficial de guardia localiza un buque en peligro, es su responsabilidad informar al capitán. A continuación, deben tomarse las medidas necesarias para ofrecer auxilio al barco que está en apuros, así como a su tripulación y pasaje.

Todavía está por aclarar la cuestión de por qué no socorrió a los pescadores panameños el capitán del Princess Cruise. Después de todo, los oficiales de cubierta del crucero habían recibido la formación requerida sobre puente de mando, respuestas de emergencia y asistencia a otros buques, en el Centro de Simuladores para la Formación Marítima de los Países Bajos. 

Tres pasajeros americanos del Princess declararon que el capitán del buque no hizo nada para ayudar a los pescadores después de que un miembro de la tripulación fuese informado de cuál era su situación. Dos de los pescadores murieron a consecuencia de ésto, y sólo hubo un superviviente, que fue rescatado tras 28 días en el mar. Se pudo ver a los tres hombres agitando desesperadamente los brazos para pedir ayuda durante el trayecto del buque crucero entre Ecuador y Costa Rica, el 10 de marzo.

El Princess, propiedad de la compañía Carnival Corp., con sede en Miami, emitió un comunicado oficial en el que afirmaba “lamentar profundamente la trágica pérdida de vidas”. La empresa llevó a cabo su propia revisión interna, concluyendo que podría ser un “desafortunado caso de errores en la comunicación”, puesto que el capitán del navío no recibió notificación alguna sobre las señales de socorro de los pescadores. Esto contradice los reportes de los pasajeros sobre el incidente, en los que se afirma que la tripulación no actuó pese a conocer la situación de peligro en que se hallaban los pescadores.

Puesto que el barco está matriculado en las Bermudas, investigar el incidente es responsabilidad de las autoridades bermudeñas. Está por ver si los resultados de tal investigación se harán o no públicos.

Esta denegación de auxilio resulta especialmente sorprendente porque otros buques crucero Princess han prestado asistencia en más de 30 rescates en el mar durante los últimos diez años. "El sector de los cruceros tiene, en general, una reputación increíblemente buena en lo que a socorro marítimo se refiere”, declaró Brad Schoenwald, oficial del Centro Nacional de Expertos en barcos crucero de la Guardia Costera estadounidense, en Fort Lauderdale.

Conforme a la legislación bermudeña, las posibles sanciones en este incidente incluyen prisión para el capitán del navío y la imposición de una multa para él y su empleador. También es muy probable que las familias de los pescadores entablen un proceso civil contra la compañía de cruceros y el capitán en los EE. UU. o en Panamá.

El Convenio sobre el Trabajo Marítimo (MLC) es efectivo en agosto 2013

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El Convenio sobre el Trabajo Marítimo (MLC) de 2006 entra en vigor en agosto del 2013. Este afecta las condiciones de trabajo de más de 1,2 millones de navegantes. Con la aplicación efectiva del Convenio sobre el Trabajo Marítimo, los marineros, armadores y estados pueden esperar es que las leyes y reglamentos sobre el entorno y las condiciones de trabajo, así como sobre aspectos médicos y de salud, sean consistentes internacionalmente.

Se han determinado unos estándares internacionales sobre las condiciones de vida y de trabajo, tanto a bordo como en tierra, para evitar problemas derivados de incompatibilidades entre jurisdicción y normas marítimas locales. Según la convención, los buques de 500 o más toneladas deben cumplir todos los requisitos mínimos especificados por el Convenio sobre el Trabajo Marítimo (MLC).


Ver subtítulos en español.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) necesitaba un mínimo de 30 países a ratificar el Convenio sobre el Trabajo Marítimo. A fecha de agosto de 2012 el MLC ya había sido ratificado por 35 países, representando el 67% del transporte marítimo mundial.

El convenio se divide en cinco Títulos principales:

1. Requisitos mínimos para trabajar a bordo de buques

  • Edad mínima 16 años, 18 en caso de trabajo nocturno o que entrañe peligro.
  • Certificado médico que pruebe la aptitud para el trabajo marino.
  • Capacitación para desempeñar el puesto y formación en seguridad personal.
  • Adecuados procedimientos de reclutamiento, asignación al puesto, registro, quejas y reclamaciones, y compensaciones en caso de reclutamiento fallido.

2. Condiciones de empleo 

  • Los contratos de trabajo marino deben ser claros y jurídicamente vinculantes. Estos deben incluir estándares descritos por los convenios colectivos existentes.
  • Salarios marinos puntualmente abonados cada mes y que podrán transferirse a la familia si así se solicita.
  • Horas de descanso y de trabajo normalizadas.
  • Derecho a vacaciones anuales y permisos para bajar a tierra.
  • La gente de mar no tiene que pagar para ser repatriada.
  • Prestaciones por desempleo a los marineros por naufragio o pérdida del barco.
  • La dotación de personal debería ser siempre suficiente en todo buque.

3.  Alojamiento, esparcimiento, alimentación y servicio de fonda

  • Los alojamientos e instalaciones del barco deben promover el bienestar y la salud de la gente de mar.
  • La cantidad y calidad del agua y la comida serán reguladas por el país bajo cuyo pabellón navega el buque. Los cocineros y el resto de personal que manipule alimentos deben contar con la formación apropiada.

4. Protección de la salud, atención médica, bienestar y protección social

  • Atención médica a bordo del buque y en tierra.
  • Responsabilidad del armador: forma de compensación laboral para los marinos que incluye al menos 16 semanas de salario tras el inicio de enfermedad o lesión.
  • Protección estándar en materia de salud y seguridad y prevención de accidentes.
  • Acceso a instalaciones sanitarias en tierra, que debería garantizarse a todo marinero independientemente de su raza, sexo, religión o filiación política.
  • Cobertura de Seguridad Social para toda la gente de mar.

5. Cumplimiento y control de su aplicación

  • La nación bajo cuyo pabellón navega el buque es responsable de hacer cumplir el convenio.
  • El MLC se aplicará a navíos de países que no son miembros de la convención si hacen escala en puertos de estados miembros.
  • Se someterá a inspección a las agencias de empleo para garantizar que cumplen con el MLC.

El objetivo del MLC es garantizar los derechos básicos universales de la gente de mar en todo el mundo, respecto a unas condiciones laborales, protección sanitaria, alojamiento y prestaciones de seguridad social razonables. Las complicaciones tienen que ver con la implementación uniforme de la convención a nivel mundial. Los procesos de certificación e inspección requerirán de tiempo, esfuerzo y recursos considerables, por lo que los gobiernos firmantes del convenio y la industria naviera han de colaborar para lograr su cumplimiento.

Es posible que los buques que opten por navegar sin certificación o lo hagan bajo la jurisdicción de estados que no han ratificado el convenio deban afrontar más burocracia y demoras al entrar a puertos de los estados firmantes. Es de esperar que las molestias y costes asociados promuevan que todos los buques obtengan su certificación, o que más países ratifiquen el MLC.

En general, la convención cuenta con el apoyo de muchos de los marineros, armadores y naciones del mundo. Esperemos que todos los países que han ratificado el MLC velen adecuadamente por su cumplimiento, y que esto sirva para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los marinos de todo el globo.