A pesar de la gran publicidad recibida por accidentes en buques cruceros como el desastre del Concordia en Italia y el del Carnival Triumph en el Golfo de México, el sector de los cruceros sigue siendo muy rentable y sigue sin estar regulado. Sin embargo, esto podría cambiar pronto, ya que el Senador de los EE. UU. Jay Rockefeller va a solicitar que se abra una investigación sobre las prácticas habituales en el sector, que incluiría los estándares de empleo, los procedimientos de seguridad, el estado mecánico de los buques, el número de tripulantes estadounidenses a bordo y otras cuestiones.
El uso de banderas de conveniencia para reducir costos
Muchas compañías de cruceros tienen su sede en los Estados Unidos y cotizan oficialmente en el país, pero evitan los impuestos y normativa americanos matriculando en otros países sus buques, para que enarbolen una “bandera de conveniencia“. Esto permite a las empresas recortar costos pagando la tributación legal mínima y contratando trabajadores cuya retribución sea la menor posible, todo ello sin violar técnicamente la ley de los EE. UU. La creciente globalización y la falta de responsabilidad penal son los principales factores que subyacen a los últimos accidentes en buques de crucero; es de esperar que esta situación termine una vez que el sector esté saneado.
Según el Presidente de la Asociación de Oficiales de la Marina Mercante Norteamericana (AMO), Tom Bethel, ninguno de los barcos implicados en los mencionados siniestros contaba con tripulación estadounidense. Puesto que los marineros certificados de los EE. UU. figuran entre los de mejor formación, contratarlos supone un mayor coste, al menos en comparación con tripulantes internacionales procedentes de antiguos países de la Unión Soviética o naciones del sureste asiático, que están dispuestos a trabajar por una fracción de lo que se pagaría a los americanos.
Líneas de cruceros tratan de pagar salarios bajos y ofrecer menos beneficios
"Aunque las líneas de crucero más conocidas son corporaciones oficialmente estadounidenses, matriculan sus buques en países extranjeros y, en lugar de contratar oficiales americanos, resulta que la inmensa mayoría de capitanes y oficiales de cubierta y de máquinas son de otros países y las tripulaciones provienen de naciones en vías de desarrollo”, explica Bethel. "El motivo por el que las líneas de crucero contratan extranjeros es porque la mayoría de ellos están dispuestos a aceptar salarios más bajos y menores beneficios”.
“La AMO lleva años intentando convencer a los CEO de las líneas de crucero para que contraten a sus oficiales estadounidenses. Es frustrante: aunque todos los oficiales miembros de la AMO reciben una formación que supera los estándares internacionales y, a diferencia de sus homólogos extranjeros, cuentan con la documentación, autorización y aprobación de la Guardia Costera estadounidense, carecen de oportunidades laborales en el sector de los cruceros”.
El entorno laboral que permitió a Bethel empezar su carrera como ingeniero naval y llegar a ser un respetado ejecutivo marítimo casi ha desaparecido del actual clima reinante en el sector de los cruceros. No obstante, bajo la gestión de Bethel, la AMO sigue movilizándose para lograr mejores oportunidades laborales y una mayor justicia económica para los tripulantes norteamericanos.
Un mejor ambiente de trabajo para los miembros de la tripulación de barcos cruceros
Es posible que las mejores oportunidades de empleo, estándares en el lugar de trabajo y salarios de los tripulantes no sean, aparentemente, de interés para el típico pasajero de un crucero, pero no debería ser así. Una tripulación con una buena formación, que esté descansada y que cuente con la debida aprobación oficial, resulta esencial para garantizar la seguridad del pasaje y que las vacaciones sean saludables; después de todo, ¿qué sentido tiene ahorrarse unos cientos de dólares en un crucero si el resultado es una tripulación con exceso de carga laboral y falta de formación, que no puede responder de forma efectiva en caso de emergencia? ¿Qué importancia tiene ahorrar en costes cuando son la vida y el bienestar de los pasajeros lo que está en juego?
Desde luego, los problemas en el lugar de trabajo y los estándares de seguridad son sólo la punta del iceberg por lo que respecta al saneamiento del sector de los buques de crucero. De momento, la realidad es que las compañías de crucero estadounidenses pueden evitar legalmente el cumplimiento de las regulaciones y las imposiciones tributarias de los EE. UU. Sin embargo, está por ver durante cuánto tiempo más va a seguir el público norteamericano subvencionando esta falta de responsabilidad legal.