Incidentes de barcos cruceros y problemas de motor son frecuentes
Aunque un crucero es una de las formas más seguras y placenteras que pueden elegir los viajeros para irse de vacaciones, los fallos, contratiempos relacionados con los motores y otros incidentes de los barcos cruceros son más habituales de lo que se admite en el sector. Hay muchos motivos para que así sea y los futuros pasajeros deben conocer los hechos antes de tomar una decisión final.
La reducción de costos influye incidentes de cruceros
En esta era de recorte de gastos y precios competitivos, es fácil que las compañías de barcos cruceros ajusten el presupuesto destinado a renovaciones y reparaciones de los buques, hasta que llega un momento en que no tienen más remedio que afrontarlas. Modernizar y reparar un crucero puede resultar muy costoso, por lo que es bastante habitual que los barcos naveguen con motores obsoletos y fuentes de energía de emergencia inadecuadas.
Uno de los últimos incidentes que ejemplifican esta desoladora realidad afectó al Carnival Triumph, que sufrió un incendio en la sala de máquinas cuando navegaba por el Golfo de México. El motor principal quedó averiado y el buque carecía de una fuente alternativa de energía viable. En consecuencia, más de 4000 pasajeros quedaron a la deriva durante 5 días, sin electricidad, sistemas de evacuación de desechos ni saneamiento estándar. El suplicio terminó por fin cuando el buque crucero fue remolcado hasta Alabama el día de San Valentín de este año, aunque el trauma vivido por los pasajeros se prolonga hasta hoy, ya que aún son muchos los que esperan audiencia de sus demandas en los tribunales estadounidenses.
"Los problemas relacionados con los motores y con el clima son moneda corriente", señala Ross Klein, destacado autor y editor de CruiseJunkie.com. Según los 2007 casos registrados en su web, alrededor de un 5% de los barcos cruceros cancelaron algunas de sus escalas o modificaron su itinerario debido a problemas de motor, accidentes o averías en la maquinaria.
Las dificultades debidas al clima son también lamentables, pero resultan más fáciles de entender puesto que el sector no puede hacer nada al respecto. En este sentido, la única inquietud posible pasaría por que, en condiciones meteorológicas extremas, el capitán del buque insistiera en navegar y sacrificar el bienestar del pasaje, dando al traste con la seguridad.
Los problemas con el clima se convierten realmente en un tema espinoso cuando la tripulación del barco crucero no ha recibido la formación adecuada, debido a que el armador opta por contratar la mano de obra más barata disponible. Existe un efecto dominó que no siempre es evidente: muchos miembros de la tripulación sufren sobrecarga de trabajo y una remuneración insuficiente; es incluso posible que no sean capaces de comunicarse adecuadamente entre sí, con lo que la planificación y evacuación eficaces en caso de accidente o emergencia pueden peligrar.
Incidentes de cruceros están relacionados al uso de “banderas de conveniencia”
El fenómeno de los "pabellones de conveniencia" contribuye a empeorar estos problemas de seguridad, ya que permite a los propietarios de los buques cruceros evitar la legislación estricta sobre seguridad y trabajo a fin de maximizar sus beneficios. Para quien no lo sepa, gracias a las banderas de conveniencia el armador puede registrar su barco en otro país y así ahorrar en tasas de matriculación e impuestos, así como ser casi intocable legalmente en caso de delito o accidente.
El pasajero tiene muy pocos recursos si el motor del buque falla o si ocurre un accidente durante sus vacaciones. Las posibles compensaciones que ofrece la compañía de cruceros figuran en el billete, así pues los pasajeros harían bien en leer todo lo expuesto, en especial la letra pequeña.
La opinión pública afecta a las decisiones de las compañías de cruceros
A pesar de que las compañías de cruceros son prácticamente invencibles ante un tribunal de justicia, no son inmunes a la opinión pública. Al final, el sector de los cruceros depende por entero de la confianza del público para sobrevivir. Una publicidad negativa generalizada y la amenaza de un costoso boicot público son suficientes para que los propietarios cambien de actitud; después de todo, el conocimiento es poder, algo que ningún tribunal puede invalidar.
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